viernes, 18 de julio de 2008

Los viudos del gran maestro

-Jorge Semprún, Joaquín Sabina, José Emilio Pacheco y Luis García Montero

No era una cátedra, ni el patio de ninguna Universidad. Fue sobre la arena, sin aspavientos. Sin cómodas sillas con reposamanos ni respaldos reclinables. La playa de Poniente acogió ayer toda una demostración de que lo importante no es el lugar, sino la esencia de la literatura y la poesía.

Joaquín Sabina, José Emilio Pacheco y Luis García Montero protagonizaron una lectura poética sobre la arena, que sirve como aperitivo para la noche de los versos que hoy rendirá homenaje al desaparecido Ángel González. Sobre el poeta asturiano habló Sabina, recién llegado a Gijón: «Este hotel huele a Ángel González; la noche y la ciudad, todo huele a Ángel González». Y, junto a sus compañeros de recital, se definió como un «viudo inconsolable» del gran maestro del verso.

Precisamente, fue el recuerdo y el cariño al poeta asturiano lo que propició que José Emilio Pacheco se decidiera a acercarse a Gijón. El reconocido poeta mexicano admite que, pese a su excelente relación con Paco Ignacio Taibo y Paco Ignacio Taibo II, que ya lo habían invitado a acudir con anterioridad, siempre tuvo «cierta timidez». Una timidez que este año decidió romper para estar presente en el homenaje a uno de los grandes. «Yo quería mucho a Ángel González, así que después de su muerte he querido estar aquí para el homenaje que se le tributa», explica, al tiempo que muestra su satisfacción y su gratitud por la gran acogida que ha recibido en Gijón. «No esperaba encontrar esta respuesta. Creo que me voy a volver engreído y vanidoso», bromea Pacheco.

También para Jorge Semprún fue la primera vez. Había sido invitado en varias ocasiones, pero hasta este año no le fue posible aceptar y ahora lamenta «no haber venido antes, porque es un lugar muy interesante; una mezcla un poco extraña, pero muy original de feria, juerga, jolgorio, cultura, libros y debates serios. Es impresionante», afirmó.

No en vano, en la carpa de encuentros de la «Semana negra» no cabía un alfiler cuando, horas antes, comenzaba su intervención y, al finalizar, la cola de personas esperando conseguir una firma del conocido escritor madrileño residente en París salía del recinto y se extendía sobre la arena.

El que fuera militante del Partido Comunista, exiliado en Francia y ex ministro de Cultura en el Gobierno de Felipe González, no dejó traslucir el cansancio que, sin duda, acumula una jornada de comparecencias, charlas y fotos que comenzaba a primera hora de la mañana. Atendía amable, con una gran sonrisa, como si sus 85 años no pesaran en absoluto.

También Sabina fue abordado en plena calle por el escritor colombiano Nahum Montt, quien le hizo entrega de su obra «El libro de Lara», en el que se incluyen unos versos del tema del jienense «Noche de bodas». «Una vez le dije a mi mujer que lo que más deseaba era hacerme una foto con Sabina prendiéndome un cigarrillo», manifestaba emocionado el colombiano. Ayer vio cumplido su sueño.

Fuente: Diario La Nueva España.

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